El terremoto de 7,1 grados del pasado mes de septiembre puso en evidencia la baja penetración del mercado de seguros contra catástrofes naturales en México. Solo un 6,5% de las viviendas tienen una póliza que las protege contra desastres como terremotos, huracanes e inundaciones, según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

Otro 20% de las casas en el país están aseguradas como parte de una hipoteca, lo que en general conlleva que el beneficiario principal en caso de indemnización sea el banco.
El dato sorprende si se considera que México se encuentra en una de las zonas con mayor actividad sísmica en todo el mundo. “En el tema del seguro casa habitación es una penetración que consideramos baja”, afirma Marco Antonio de la Rosa, gerente de Daños de la AMIS. El mercado mexicano de seguros habitacionales se topa con una barrera en la propia condición económica en la que se encuentra una gran parte de la población. Con un 43% de las personas en situación de pobreza, muchos no tienen sus residencias aseguradas por no poder pagar las pólizas.

Sin embargo, la asociación que reúne a las seguradoras que operan en México considera que la penetración es baja incluso entre los que pueden pagar las pólizas, que en promedio varían entre 162 y 270 dólares anuales por cada 54,000 dólares asegurados. Muchos no las renuevan tras quitar la hipoteca o simplemente no las adquieren por falta de información o por no creerlas necesarias.

La penetración de los seguros contra daños en inmuebles es mayor entre las empresas, llega al 15% de los pequeños negocios en México y al 50% en las medianas y grandes compañías.

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